
El recorte de vuelos de cabotaje en Salta y la pérdida de terreno en la expansión internacional internacionales encienden alarmas en el sector turístico. Promesas incumplidas de nuevas rutas al exterior, otras provincias que avanzan y una política de Aerolíneas Argentinas que no se entiende son parte de un combo que hacen daño al turismo y a otras actividades en la provincia. Un dato llama la atención: los vuelos vienen a Salta llenos, y aún así, hay una reducción. ¿Cuál es el motivo?
Ayer, El Tribuno publicó un informe sobre la caída del 18 por ciento de las frecuencias en el aeropuerto Martín Miguel de Güemes, el principal del NOA. En medio de esta “turbulencia”, el ministro de Turismo, Mario Peña, destacó Aerolíneas Argentinas implementará los vuelos nocturnos lowcost en 5 provincias de Argentina, una de ellas es Salta. El servicio operará entre las 23 y las 3.
Según la empresa, a partir del 31 de octubre, los pasajeros podrán elegir vuelos en esa franja horaria. También se aplicarán en Bariloche, Iguazú, Comodoro Rivadavia y Trelew. Cada uno de estos destinos tendrá un vuelo diario en esta modalidad, con ida y vuelta al aeroparque de la ciudad de Buenos Aires.
Algunas pérdidas de conectividad que se vinieron produciendo durante el año, como Resistencia (Chaco) y Bariloche, indujo a que salieran rápido a confirmar que los vuelos directos a San Pablo no se perdieron. Por ahora, el rumbo político del turismo en Salta se esfuerza en minimizar la caída.
En esa lógica, si en agosto le quitaron vuelos a Salta fue porque hubo menor demanda. Pero esto no es así.
Los aviones a Buenos Aires van y vienen completos y además se debe decir que los precios son los más altos. Hablamos de entre 500 y 600 mil pesos que se paga por ida y vuelta. En síntesis, Salta tiene demanda y sin embargo le bajan las frecuencias de vuelos.
Algunos piensan que quizás sea una estrategia, que no estamos viendo, para abonar fertilidad al campo de las aerolíneas de bajo costo también denominadas como “low cost”.
El sector que siente en carne viva los efectos de la baja en los vuelos es el sector hotelero y gastronómico. “Estamos preocupados ante esta baja en los vuelos (en agosto) porque desde hace tiempo que venimos trabajando con la Provincia para que se aumenten las frecuencias y las conexiones. Evidentemente Aerolíneas entró en está lógica de mercado que no se entiende muy bien cómo funciona”, dijo el presidente de la Cámara de Turismo de Salta, Juan Lucero.
Lucero no entiende, o al menos dice no comprender para dejar volar las interpretaciones, cómo el Gobierno nacional dice que es libertario pero deja todo en bandeja el destino para que operen las empresas de bajo costo.
Y las respuesta se tendrán que ir buscando. Una pista puede estar en las estadísticas de julio de 2024 de ANAC (Aviación Civil de la Argentina) donde publica el “ranking de los 10 aeropuertos más volados en cabotaje donde el Martín Miguel de Güemes figura en el séptimo lugar del total de aeroterminales del país. Y también está séptimo, de los aeropuertos del país, para vuelos internacionales.
Quizás los tiempos de cambios de estas tendencias políticas (que no son nuevas) están mostrando que las gestiones y negociaciones de Provincia van quedando ya en un camino obsoleto y entonces sea el tiempo de comenzar a tender puentes y vínculos con empresas y ya no más con el Gobierno nacional. Quizás haya que salir a competir de manera descarnada con los otros destinos.
Este “F5” que se tendría que dar en las estrategias debe ser urgente porque el sector turismo en Salta viene con un año con 7 meses de caída, uno solo que casi recupera y un agosto que aún no se brindaron números.
También se debe poner en duda la gestión en este aspecto. Ya que por ejemplo en mayo se había anunciado que a partir de septiembre, Paranair operará un nuevo vuelo que conectará Salta con Asunción del Paraguay. La semana pasada se confirmó que la ruta la tendrá Jujuy.
En enero de 2023 también se comunicó una gestión con Copa Airlines para unir a Salta con Panamá.
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